Otro día... conociendo la historia de mi ciudad y sus mujeres

 

     Imagen del diario La Voz de Galicia, Autor: Capotillo, publicada el 13 jun 2019

Otro día... conociendo la historia de mi ciudad y sus mujeres

Buscando información sobre mujeres desatacas de Pontevedra, me encontré con varios artículos sobre un mural que se hizo hace unos años a iniciativa de la Consejería de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, en el que se destacan diferentes mujeres cuya historia es menos conocida que las de sus contemporáneos residentes en la ciudad. 

Este mural incluye a figuras como Amalia Álvarez (viuda de Alexandre Bóveda), Concepción Arenal (precursora del feminismo), Ernestina Otero y María Victoria Moreno (destacadas en el ámbito de la educación), Chichana Patiño (pionera de la aviación), la taxista Dolores Trabado, La almirante Isabel Barreto, la "menciñeira" Basquiña García, la empresaria Carmen Durán o la fotógrafa Cándida Otero y a diferentes colectivos de mariscadores, trabajadores de fabricas, lavanderas y agricultoras. 

Junto a las mujeres ya mencionadas, y otras muchas que aparecen reflejadas en el mural, he querido centrarme, para esta publicación, en María del Carmen del Valle del Río que lucho contra los cánones del franquismo para intentar vivir en libertad, y a la que no le gustaba que le llamasen "señorita Carmiña".
 
Carmen del Valle nació en Cádiz en 1915, quedando huérfana muy pronto y trasladándose a la ciudad del Pérez, con un tío cura que la cuidaba junto a los hijos del mismo. Viviendo en un entorno religioso, comenzó a sentirse y verse diferente a las demás, vistiéndose con pantalones ajustados, colores llamativos, botas militares y llevando el pelo muy corto, cortado por ella misma. 

Sorprendió en su día por andar siempre por Pontevedra en bicicleta, poco habitual y menos para una mujer; con una bicicleta muy cuidada decorada con colores. Asimismo, su orientación sexual iba contra el status quo de aquellos años, contándose que tuvo una novia que la dejó para casarse con un hombre, lo cual la afectó mucho emocionalmente. 

En 1960 se trasladaría la parroquia de Cerponzóns, donde crearía su propio mundo, pintando paredes con las que llenaba de colorido la casa por fuera, frente a un interior oscuro lleno de armaduras, cuadros y escudos familiares. Muchos la tacharon de loca y extravagante, pero muchos vecinos apreciaron su carácter excéntrico, su inteligencia y su cultura, así como su amor por los animales. 

Sin formación como maestra, ejerció dicha profesión, dando en su casa clases mixtas, frente a las aulas separadas por sexos en los colegios, abarcando no solo sumas, restas y las primeras letras, sino también valores y el contacto con la naturaleza, impartiendo lecciones cuando se podía bajo un árbol. Sus alumnas la recuerda como una maestra cariñosa y generosa, que no cobraba a los niños más pobres. 

Una dolencia en una pierna le hizo perder movilidad, no pudiendo vivir sola. Vivió sus últimos días rodeada de sus perros y gatos, muriendo en agosto de 1988. 

Dentro de las diferentes figuras que se han destacado en este mural, he escogido a Carmen del Valle por ser una adelantada a su tiempo, tanto superando los cánones de la época, como por el impacto positivo que se muestra en los comentarios de sus alumnos, que la recuerdan con cariño, pese a las críticas y prejuicios que tuvo que soportar por la sociedad. Dar los primeros pasos en una minoría es muy difícil, especialmente en un sitio pequeño en el que todos se conocen. 

Aun así, la elaboración de este diario me ha permitido conocer a figuras de la historia de mi ciudad muy relevantes, tanto en el ámbito educativo, como en la política, la cultura o la economía; de los que espero conocer más con el tiempo. 

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